CARTA A BORGES

Por fin puedo descansar de mi agonía porque puedo decir que he encontrado a Dios en mi alma de niña perfecta que descansa en el universo creado por la naturaleza de su evolución. Desde que recuerdo y ya han pasado numerables años escritos en mi piel y en mi alma, he buscado su significado, he buscado sentirlo, he buscado...Y, vislumbrado, que somos parte del universo y Dios también. Todo comenzó cuando sólo contaba con nueve años y el sueño que me acompañó esa noche fue el sueño que me ha acompañado toda mi vida. Buscaba su significado que han sido muchos a lo largo de mi vida donde caía en el vacío desde una montaña tan alta que la muerte era inminente. Terror, ansiedad. depresión, angustia, soberbia en resistir, mentiras para cambiar mi historia, y un sinfín de partos donde todos los pecados capitales fueron cumplidos uno a uno para poder encontrarle sentido a mi humilde he incomprensible historia ante los ojos del reinado judío-cristiano que llevábamos impreso en la sangre donde se acumulan millones de años de mujeres y hombres que luchan para no ahogarse en la crueldad impuesta de una cultura histórica de depravación hacia el alma femenina y masculina. El descalabro era inminente y deseado por mis enemigos, yo incluida, la muerte también, pero el sueño me acompañaba ¡advirtiendo! a lo largo de los años que no pude hacer otra cosa que creer que estaba viva. He buscado hasta la tribulación todas las caras de mi ser en otras caras del camino algunas me valían, en otras encontraba la agonía del hombre amordazado por una realidad que no es la suya y también me hacía con su historia para recordar el sueño de la obscena mentira dibujada en su alma que también me serbia, descubriendo que todos los seres humanos que he encontrado en el camino soy yo. Claro que este escrito es sinoptico como la vida de todos los seres humanos, gotas de savia en el mar de todas las almas vivos y muertos que han buscado antes de morir el significado de su vida. Yo he venido a este mundo a conocer quien soy y quien no soy ante la compleja situación del hoy y el ahora. Mañana el universo se encargará de emitir otras direcciones a seguir o no, en la búsqueda de vivir en la mujer cebolla.
Me he puesto este nombre por el cariño que le tengo a esta magnifica verdura que es parte del universo y mi vida. La cebolla me hace llorar, saborear mis guisos, sus capas todas perfectas la hacen aromática y fuerte en su olor pero suave al paladar más exquisito, sus propiedades son imprescindible para una buena cocina, se asemeja mucho al ser humano ya que el 90 por ciento de la cebolla es agua, sus cualidades terapéuticas la pone a disposición del hombre oxigenando las vías respiratorias cuando nuestro sistema inmune nos hace caer en el lecho febril de la angustiosa tos y muchas cosas mas que podeis averiguar. Y que no se nos olvide sus colores que nos dan una buena gama de sus diferencias y propiedades para seguir disfrutando de esta vida tan diversa. 

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