CAMINO DEL LLANTO
No puedo vivir sin desnudar cada día las hojas de mi piel Desmayada, sin aliento, busco calor conocido que no encuentro. Busco..., una mota de polvo para estar en contacto con la realidad. Mi cara se hiela al pasar por mi calle en mi memoria dónde mi piel es testigo de mi angustia, de no tenerte cerca amada Sevilla. Y lloro delante de una copa de vino y de pan recién hecho en mi horno americano.