Siento que todas las personas son validas,
le comunica el azahar a ceño fruncido.
Y el escarabajo negro redondo y regordete
se para en su afán de llevar su bola de excremento,
el niño lo percibe en sus ojos de aprendiz.
EN LA PIEL DE LO DISTINTO Comienzo naufragando. Marta ha conseguido cuestionarme en cada verso. Y sí, me siento distinta. Y sí, comprendo que le fuera necesario adentrarse en este Universo de conceptos y familias semánticas. Porque las palabras no son inocentes, las palabras nos conforman. Nos habla de forasteros, esa concepción pueblerina tan universal del otro, del diferente, del que no es yo. Y tú ¿para quién eres un extraño? Porque como bien expresa en su primer poema “Y después de todo, en la vida no hay certezas, sólo aproximaciones”, o también más adelante, “Es posible que el poeta como parlante anónimo hable como si no fuera nadie en nombre del otro” Marta nos repite palabras, ideas, horas (las cinco, banderas, fronteras, hermanos, madres, abuelas, las seis, las siete...) Quizá para hacernos ver que la vida es eso, recurrente, constante, implacable. Y más si eres distinto. Qué juego hermoso ha
Los peces de mi memoria saltan por mis finas venas como el esturión que remonta los ríos para desovar su creación Me recojo para ahuyentar los malos espíritus del hombre blanco Salta el miedo ...- ¿o es incertidumbre? Como pajarraca de largo vuelo me zambullo en los turbios vientos de lo igual, - ya el otro no existe. Madre ...- han corroído la salud ya nadie está a salvo se ignora la magia de la vida la magia del amor su fuerza su luz - ahora todo es pornografia ... mentiras ... violencia ... Ya no queda en mi memoria calor de hijos lo perdí al ser diferente Pero mi árbol no se torció cada día es más robusto el sol y la lluvia lo riegan en su afán de mantenerme viva solo hay pájaras en mi árbol donde anida la alegría Las leonas me invitan a la caza ya que soy de una estirpe semisalvaje ... hace falta sigilo, fuerza, maestría para llevar al papel la sangre poética la mayoría de las veces se me escapa la presa. Como soy invisible ahora puedo decirte ¡ No he querido querert
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