ANCESTRALMENTE MIA
Tu pelo se desliza entre mis piernas con roces que anidan deseos en mi útero, dónde descansa tú flecha de plumas sagradas. Comparto bucles y besos en tu boca de aguacate, verde como tus ojos distraidos en tarde de calor ciego. El Sur se mezcla con café y azúcar de caña. Todo lleva tú memoria en juegos de mundo y cuentos de mil y una leyenda habita tus poros. La memoria se nubla por un instante y miras fijamente mis ojos acuosos. El espejo refleja años, pelo de canas, cuerpo de arrugas y corazón lozano. India baila con abrazos étnicos abrazos prohibido en el mapa del hombre pálido.